miércoles, 27 de julio de 2022

Joan Didion: memorias de una chica californiana

 

“La destrucción conduce a un camino muy duro / Pero también alimenta a la creación. / Y los terremotos son, para la guitarra de una niña / Solo otra buena vibración. / Y las olas de la marea no pudieron salvar al mundo / De la Californicación”. Los versos son de Anthony Kiedis, el cantante de los Red Hot Chili Peppers. Engordan esa brillante oda a la volada Costa Oeste norteamericana, que da título al séptimo disco de la banda nacida y criada en la poco angelina ciudad de Los Ángeles. El disco de los Chili Peppers puede ser la banda de sonido perfecta si van a leer De donde soy, el nuevo libro de la escritora y periodista Joan Didion (1934-2021). Las memorias sin nostalgia de una chica californiana.

Narrar las historias de una familia. O de miles. De su tatara tatara tatarabuela Elizabeth Scott Hardin y de sus paisanos contemporáneos. Desafíos que asume Didion en esta obra originalmente publicada en el lejano 2003. La santa patrona de los cronistas –¡ruega por nosotros, Joan!- explora sus “propias confusiones” sobre sus pagos.

¡Go West! California, ese espacio mitológico, legendario, luminoso pero dark, siempre salvaje, tierra de oportunidades –pocas veces- redentoras. ¿California dreamin’? No tanto. Escribe Didion: “Casi nada en California, tal como se ve a ella misma, anima a sus hijos a sentirse conectados entre sí.” La pregunta por el “ser californiano” empapa como una ola del furioso Pacífico todos los textos del volumen. Un libro transgénero, con dosis desparejas de crónica, memoria familiar, ensayo sociológico y crítica literaria. Cantos llenos de dudas y preguntas, sin tanta saudade, sobre el territorio que su familia adoptó como hogar hace siglos.

De alguna manera, De donde soy navega entre dos obras maestras de la cronista: El año del pensamiento mágico –dolorosa narración autobiográfica basada en el duelo por la muerte de su marido- y Arrastrarse hacia Belén, la docena de perlas hechas crónica que todo periodista debe leer.

Didion es oriunda de Sacramento, la capital del “Estado Dorado”. Se mudó a Nueva York en los años ’50, volvió a California en los años sesenta, pegó la vuelta a la Gran Manzana a finales de los ’80, a donde murió en diciembre pasado. De alguna manera, siempre se consideró una suerte de “californiana en el exilio”. Sus raíces con la Costa Oeste eran profundas. El mapa histórico y personal que traza en De donde soy da cuenta de las formas en que crecieron, cambiaron y siguen mutando esas raíces. Senderos que se bifurcan y trifurcan con la vuelta a la naturaleza, el trabajo de la tierra, la salvaje extensión del ferrocarril, el rol tutelar del Estado central, el desarrollo accidentado de la industria aeroespacial, el culto al individualismo, el fetichismo por las cárceles, el terror al otro. Postales lejos de Hollywood.

Canta Kiedis al comienzo de su poema: “Es el fin del mundo / Y de toda la civilización occidental / El sol quizás salga por el este / Al menos se quedará en la posición final / Se entiende que Hollywood vende Californicación”. Sueños húmedos de Californicación. Para Didion, pesadilla a secas.

Publicado en Tiempo Argentino, por acá

No hay comentarios: