domingo, 18 de noviembre de 2007


Por fin. Chonchocoro se prepara para recibir al asesino de Marcelo Quiroga Santa Cruz. Gracias Guille Mamani, por poner la nota en Renacer. Gran número el primero de noviembre.

Chonchocoro lo espera

La deportación de Luis Arce Gómez, ex ministro de la cocaína de la década del ochenta, desde EEUU, parece ser un hecho. Una condena, sin derecho a indulto ni reducción de pena, por sus sangrientas acciones durante la dictadura de García Meza, lo espera en Bolivia.

Ya faltan pocos meses, pero las instalaciones del penal de máxima seguridad de Chonchocoro se están preparando para recibir a Luis Arce Gómez, el nefasto “ministro de la cocaína” de la década del ochenta.
La historia no es muy compleja de narrar. Luis Arce Gómez fue sentenciado, en 1991, en Estados Unidos, a una pena de 30 años de prisión por tráfico de cocaína. Las crónicas de la época narran que el “ministro de la cocaína”, en sociedad con el déspota golpista Luis García Meza, había llegado a construir un emporio basado en el tráfico de estupefacientes comparable al de un magnate petrolero. Pero los negocios sucios del ex hombre fuerte de la dictadura que derrocó al gobierno de Lidia Gueiler lo llevaron sin escalas a una pequeña celda en el estado de Miami.
El próximo 23 de noviembre, Arce Gómez cumplirá la mitad de su condena norteamericana, y de acuerdo con la legislación de ese país, el reo podrá optar por el beneficio de libertad condicional. Pero a no tener demasiadas esperanzas querido Luis. Nada de pensar en disfrutar de las costas de Miami ni de los suntuosos shoppings. Una fría celda lo espera en el penal de Chonchocoro. En Bolivia le falta cumplir una condena perpetua, sin derecho a indulto ni reducción de pena, por sus sanguinarias acciones (asesinato, genocidio, violación a los derechos y garantías constitucionales) durante la dictadura de principios de los ochenta.
Si hasta Philip Golberg, embajador americano en Bolivia, ratificó que: “Estados Unidos expulsará a Luis Arce Gómez ni bien pida su libertad condicional y lo deportará para que se someta a la sentencia de los tribunales bolivianos”. Además, desde el Gobierno y el Poder Judicial se espera con ansias la deportación de uno de los personajes más nefastos de la historia nacional. “La memoria y el castigo a estos personajes es fundamental para construir una nueva Bolivia”, destacó el Vicepresidente Álvaro García Linera.
En fin, el temible ex “ministro de la cocaína” podrá reencontrarse con García Meza y todo el conjunto de golpistas que azotó Bolivia durante la década del ochenta. Un ladino que no dudaba en advertir a los bolivianos y bolivianas que: “en caso de oponerse al gobierno de reconstrucción nacional, debían andar con el testamento redactado”.
Muchos esperamos que compadezca por los sangrientos asesinatos y las desapariciones que llevó adelante. El pueblo boliviano merece saber la verdad sobre sus atroces acciones y sobre lo que sucedió aquella mañana del 17 de julio de 1980, cuando un grupo de paramilitares a su mando invadió a punta de metralla la sede de la Confederación Obrera Boliviana (COB) secuestrando y luego asesinando a Marcelo Quiroga Santa Cruz. Memoria y castigo a los asesinos, la justicia se ha tomado su tiempo pero parece que al fin ha llegado. Chonchocoro lo espera Don Luis.

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