miércoles, 8 de abril de 2009

Crónica en el ring


Nota de tapa el domingo en RADAR.


En la lona

PRIMERA LUCHA
El se delinea los ojos frente al espejo mientras un grandote de calzas violetas y botas amarillas le frota la espalda y lo unta con una crema muscular. Desde la puerta del improvisado vestuario, el productor grita que en cinco minutos empiezan las grabaciones de la primera pelea. El mismo se termina de esparcir la crema sobre los tatuajes que decoran sus pectorales tamaño extra large, se calza un neme sobre su cabeza y empuña un cetro plástico símil Nejej que simboliza al dios Osiris. “Vamos que venimos, muchachos. ¡Fuerza, che!”, grita el productor. El se aleja del espejo no sin antes darle una última mirada a su capa y esbozar un furioso gruñido. Poco antes de cruzar la puerta que lleva al escenario saluda a los luchadores que toman mate frente a un pequeño monitor, que muestra un plano cerrado del presentador en el ring. Cinco escalones y una tela lo separan de las tribunas. “A matar o morir”, dice confiado. Antes de dar el primer paso, El Faraón se persigna.

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