miércoles, 5 de septiembre de 2007

KEROUAC - ON THE ROAD


50 años “En el camino”
En FONDO NEGRO
Se cumple medio siglo de la aparición de la novela “En el camino”, la biblia de la beat generation. En 1957, Jack Kerouac revoluciona la literatura con una novela que transmite la experiencia de la vida en la ruta y el margen de la sociedad norteamericana. Prosa espontánea, free jazz, drogas; una radiografía por la AMÉRICA perdida de la década del ´50.


Por Nicolás G. Recoaro

La figura pesada y cansada del viejo Jack se arruga sobre el sillón del living de la casa materna. Los rayos catódicos del televisor escupen miseria, muerte y terror. Corre el año ´69, treinta ocho mil novecientos sesenta y nueve norteamericanos han muerto ya en Vietnam; manifestantes organizan marchas para Octubre en todo el país. El hombre de cuerpo consumido y debilitado por años de borracheras trata de disfrutar el milagro televisado: “La gloriosa victoria de los Mets de New York en la World Series”. ¿Qué queda del poeta beat? Nostalgias y un cuaderno de anotaciones que reposa entre la mano y el apoya brazos del sillón. ¿Quién es este hombre corpulento, de vista cansada y arrugas jóvenes pero esculpidas para sus cortas cuatro décadas? El poeta beat que revolucionó la literatura americana del siglo XX.
Se cumplen 50 años de la publicación de “En el camino”, la biblia de la beat generation que representó el descubrimiento estilístico que Kerouac venía buscando bajo las ideas de la prosa espontánea.
Jack se ubica detrás de su pequeña máquina de escribir. La historia de Neal Cassedy (verdadero ideólogo del nomadismo beat) y la carretera estalla repique tras repique sobre el papel. La palabra muere a un ritmo desenfrenado. Un rollo de papel flota y alimenta la Remingtom. La nube de cigarrillo y benzedrina enciende viajes por la ruta 66, autos atraviesan los desiertos a mas de 100 kilómetros por hora, entradas clandestina a México, clubes de las dos costas escupen jazz a un sonido ensordecedor. El tema de “En el camino” es estar perdido en Norteamérica, la experiencia viceral de vomitar cada uno de los sentimientos, las imágenes y las experiencias vividas en las rutas.
La obra de Kerouac muestra el costado perdido y olvidado de la geografía social y cultural norteamericana -vagabundos fantasmagóricos, visiones nostálgicas, carreteras eternas y paisajes santos-. “La búsqueda de una identidad nacional e incluso de una ascendencia o genealogía, de sus antepasados”, dirían Gilles Deleuze y Félix Guattari en Mil Mesetas. El poeta beat se pierde en aceras y calzadas de los megápolis americanas, recorre desérticas rutas cruzando montañas orientales y llanuras iluminadas. Fotografías de la mente registradas desde autos a ciento cincuenta kilómetros por hora, miradas desde un vagón del Union Express o letargos en algún puesto de autostop.

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