Siguen sangrando. A 50 años de su publicación, Las venas abiertas de América Latina, obra cumbre de Eduardo Galeano, está más vigente que nunca. ¿Qué diría el escritor uruguayo si escribiera hoy su libro? Esa es la pregunta que dispara otro libro, del periodista y académico británico Andy Robinson, recientemente publicado por la editorial española Arpa. La respuesta del inglés después de recorrer de punta a punta el continente parece obvia, pero no tanto: aún están abiertas. El fantasma de una realidad sangrienta de extracción y negociados non sanctos con los recursos naturales recorre nuestros países sin cesar.
Oro, petróleo y aguacates es el título de la obra de Robinson. Pero se queda corto por espacio en la portada. Suma en las páginas también el hierro, los diamantes, el litio, la papa, la soja, el cobre, la quinoa y el preciado niobio amazónico. En su libro, el periodista de La Vanguardia y licenciado por la London School of Economics compila mil y una crónicas sobre las arterias del extractivismo exacerbado en América. Y no lo hace desde el Viejo Mundo. Robinson recorre Potosí, Minas Gerais, Uyuni, Puno, Zacatecas y mucho más allá. Algunos destinos que trajinó Galeano hace medio siglo para escribir la biblia de una generación de dirigentes y políticos que alcanzó el poder a principios de siglo: Evo, Lula, Dilma, Correa, Chávez y siguen las firmas. En sus ensayos, Robinson narra las contradicciones y los sueños devenidos en pesadilla de las apuestas económicas de los gobiernos de la nueva izquierda latinoamericana. También da cuenta de los golpes de Estado, los lobbies, el renacer de la derecha vetusta y sanguinaria. Y sobre todo las resistencias de los pueblos originarios y las organizaciones de base.
“En cada capítulo, reflexiono sobre la utilización final de las materias primas en un mundo de consumo ostentoso, extrema desigualdad y recursos menguantes”, explica Robinson. Crónicas ejemplares para repensar cómo el saqueo se repite como tragedia en el siglo XXI. Más de cinco siglos igual.
Reseña publicada en Tiempo Argentino, por acá.
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