Un mast'aku por el Indoamericano
“Cargada como un ekeko, Eli caminaba con paso sereno por las calles del cementerio de Flores, llevando un ramo de rosas rojas y arrastrando en un changuito dos cajas repletas de panes, cervezas y una foto de su marido. Según la tradición andina, las ajayus –las almas de los difuntos– vuelven cada 1 de noviembre, el Día de Todos los Santos, en forma de tantawawas, “niños de pan” en aymara, y en la construcción de mesas comunitarias con los alimentos que les preparan los vivos, el mast’aku. Cuando llegó a la cruz de madera curtida que tenía tatuado con un liquid paper fantasmal el nombre Juan Castañeta Quispe, se detuvo. Luego limpió parsimoniosamente la tumba: sacó algunas flores secas que dormían sobre la tierra, extendió un aguayo multicolor sobre la sepultura y, con un alambre, ató a la cruz la foto pegada sobre un papel, que tenía grabado a modo de epígrafe: ‘¡Justicia por Emilio Canaviri Álvarez! Asesinado en el Parque Indoamericano’. Se lee completa la crónica en Tiempo Argentino por acá.
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