Había una vez un pueblo llamado Pelotillehue. Entre sus lomadas y calles de provincia, forjadas en un país de ficción llamado Chile, si buceamos un poco en nuestras memorias podríamos ubicar fácilmente al bar El Tufo o el edificio del diario El Hocicón. Sí, ese que en su portaba tenía el lema "pobre pero honrado". ¿Y esos personajes que vienen caminando? Vamos, no se hagan los sotas. Ustedes bien saben que el narigón del cigarro encendido se llama Don Chuma, el que viene tomando de su infaltable botella es Garganta de Lata y la voluptuosa chica que los acompaña es Yayita. Sí, están en lo cierto, el pelado que viene atrás se llama Huevoduro. Sigamos, justo frente a ese paredón donde está tatuado el graffiti "Muera El Roto Quezada" podemos ver al perro Washington haciendo sus necesidades, y un poco más allá, en la zona donde se erige el estadio del Deportivo Pelotillehue, el pequeño Coné patea una pelota. Y el que espera el remate en el arco me imagino que no necesita presentación. Señoras y señores, con ustedes nuestro héroe. El eterno…. Superman. ¡Plop! El eterno Condorito...
Publicada en Suplemento Cultura de Tiempo Argentino. Se lee completo por acá
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