Lunes en la Manzana de las Luces, a eso de las 14.00 horas hablamos de literatura de los amigos parawayensis, como diría el cumpa Cristino Bogado. Nada de academía, un recuento de la crónica de pánico y locura en Asunción que disfruté el año pasado junto a los amigos de Yiyi Jambo y otros hermanos paraguayos.
(Y aunque Mauricio la quiera caretear), un poema de
Oscar Fariña, se llama
Mancha, y es del libro
Pintó el arrebato.
MANCHA
Cuando mi vieja
se hizo el documento
argentino tenía
lo dedo tan roto
de fregar
la casa argentina de
su patrona argentina
que al momento
de tocar el pianito
la tinta
acumulada en lo tajo
traversale del pulgar
le impidió
al cobani
hacer una buena
impresión de la hueya
y hoy por eso
en vez
de prolija espirale
la identidá –extranjera–
de mi mamá –paraguaya
para la ley– argentina
consiste en una mancha